A vueltas con los sintagmas.

Hace algún tiempo (años, pero como si fuera ayer) publicamos una entrada sobre el análisis morfosintáctico de los sintagmas. Hoy os hablo solo de analizar la composición de los sintagmas, es decir, identificarlos dentro de una oración y luego ver cómo están formados: su núcleo, su determinante y sus adyacente (y decir también qué categoría o clase de palabra es el núcleo, el determinante y el adyacente). No hace falta que digáis la función sintáctica que desempeña el sintagma dentro de la oración. Eso lo dejamos para más adelante.

La práctica (con un breve cuadro de explicación teórica) la tenéis AQUÍ. Son tres hojitas con autocorrección. En clase me preguntáis las dudas que os hayan surgido

La tristeza.

Cuando estéis tristes, decidlo. 
Siempre encontraréis a vuestro lado un amigo dispuesto a escucharos.

"El profe me ha dado una nota para mi madre. La he leído. Dice que necesita hablar con ella porque yo estoy mal. Se la he puesto en la mesilla, debajo del tazón lleno de leche que le dejé por la mañana. He metido en el microondas la tortilla congelada que compré en el supermercado y me he comido la mitad. La otra mitad la puse en un plato en la mesilla, al lado del tazón de leche. Mi madre sigue igual, con los ojos rojos que miran sin ver y el pelo, que ya no brilla, desparramado sobre la almohada. Huele a sudor la habitación, pero cuando abrí la persiana ella me gritó. Dice que si no se ve el sol es como si no corriesen los días, pero eso no es cierto. Yo sé que los días corren porque la lavadora está llena de ropa sucia y en el lavavajillas no cabe nada más, pero sobre todo lo sé por la tristeza que está encima de los muebles. La tristeza es un polvo blanco que lo llena todo. Al principio es divertida. Se puede escribir sobre ella, “tonto el que lo lea”, pero, al día siguiente, las palabras no se ven porque hay más tristeza sobre ellas. El profesor dice que estoy mal porque en clase me distraigo y es que no puedo dejar de pensar que un día ese polvo blanco cubrirá del todo a mi madre y lo hará conmigo. Y cuando mi padre vuelva, la tristeza habrá borrado el “te quiero” que le escribo cada noche sobre la mesa del comedor."
"LA TRISTEZA", Rosario Barros Peña (España, 1935)
Tomado de Francisco Rodríguez Criado, en su blog NarrativaBreve

Una conversación radiofónica: 400 cerdos.


He aquí la grabación que han hecho Jesús y Nuria (de ESO3ºA) del texto titulado "Cuatrocientos cerdos". Mi más sincera enhorabuena por este estupendo trabajo.



(Por si no lo sabíais, este diálogo radiofónico es verídico.... ¡jajajaja!....
 Aquí tenéis el original...
¡¡quién puede mejorar esto!!
¡Jajajajaja!

La lengua coloquial

La lengua coloquial está llena de recursos expresivos, de emotividad, de espontaneidad. De acuerdo que todo eso puede conducir a errores lingüísticos. Nuestro habla coloquial no pretende la corrección y la pulcritud, sino comunicar o mejor aún, conectar con nuestros interlocutores de una manera rápida, confiada (¿sincera también? Tengo mis dudas)
A veces la lengua coloquial recurre a expresiones o frases hechas que pueden tener alguna dificultad de comprensión. Traedme a los comentarios de esta entrada los significados de las frases que os propongo AQUÍ. Os puede ser de ayuda este blog. ¡No os lo perdáis!
También me gustaría que ampliarais ese listado fraseológico con las frases que conozcáis de vuestro entorno familiar. 

Conocerse a sí mismo.

Estamos hechos de emociones y pensamientos. Lo que sentimos y pensamos influye en cada instante de nuestra vida hasta el punto de que 'nos vamos haciendo', es decir, vamos construyendo nuestra personalidad, nuestra manera de ser sin ser conscientes de toda esa carga de emociones y pensamientos que van fluyendo vertiginosamente por nuestra cabeza y nuestro corazón. Y cuando queremos darnos cuenta, ya somos como somos. Y a veces no nos gustamos, ni a nosotros mismos ni a los demás. Y no conseguimos ser felices. Nos sentimos frustrados... ¡A veces ni siquiera sabemos cómo somos!
¿Habías pensado algunas vez en estas cosas?
Hoy te invito a que visites esta página: Kliquers, y te tomes tu tiempo para conocerte a ti mismo.
 Nadie ha dado un consejo mejor que este, del filósofo griego Sócrates
"¡Conócete a ti mismo!"

Blogs hermanados.