"El era un clérigo cerbatana, largo sólo en el talle, una cabeza pequeña, pelo bermejo… Los ojos avecindados en el cogote, que parecía que miraba por cuévanos: tan hundidos y oscuros, que era buen sitio el suyo para tiendas de mercaderes: la nariz, entre Roma y Francia, porque se le había comido de unas bubas de resfriado, que aun no fueron de vicio, porque cuestan dinero; las barbas, descoloridas de miedo de la boca vecina, que, de pura hambre, parecía que amenazaba a comérselas; los dientes, le faltaban no se cuántos, y pienso que por holgazanes y vagamundos se los habían desterrado; el gaznate, largo como avestruz, con una nuez tan salida, que parecía que se iba a buscar de comer, forzada de la necesidad; los brazos, secos; las manos, como un manojo de sarmientos cada una. Mirado de media abajo, parecía tenedor, o compás con dos piernas largas y flacas; su andar, muy despacio;… la barba, grande, por nunca se la cortar por no gastar… Parecía, con los cabellos largos, y la sotana mísera y corta, lacayuelo de la muerte. Cada zapato podía ser tumba de un filisteo. Pues, su aposento? Aún arañas no había en él; conjuraba los ratones de miedo que no le royesen algunos mendrugos que guardaba; la cama tenía en el suelo, y dormía siempre de un lado, por no gastar las sábanas; al fin, era archipobre y protomiseria."
Actividad con El gran libro de los superpoderes
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Durante esta primera semana de curso he realizado una actividad con mis
alumnos utilizando *El gran libro de los superpoderes*. ¿Queréis saber más?
*Tod...
Hace 3 años