El día que lo iban a matar, Santiago Nasar tuvo un sueño extraño cuyo significado no fue capaz de entender. Tampoco su madre lo desentrañó, y eso que tenía el don sobrenatural de interpretar los sueños, según la versión que nos cuenta García Márquez... De esta manera, nadie pudo evitar la tragedia que estaba escrita.
Hablemos de sueños premonitorios, de intuiciones, de visiones de futuro.
Hablemos de sueños premonitorios, de intuiciones, de visiones de futuro.
Supongamos que nosotros también soñamos, que tenemos visiones de futuro... Supongamos que alguien ha tenido un sueño premonitorio y nos cuenta que una mañana de un martes de un junio de calor sofocante vio llover papeles, como pajaritas desmayadas, sobre muchedumbres de jóvenes impacientes sentados en el césped prohibido de todas las plazas de un mundo al Sur teñido de jacarandas. Volaban apenas, los papeles o las pajaritas, ingrávidos/as, y caían a plomo sobre las inocentes cabezas, con todo el peso de los sellos oficiales estampados a fuego en cada uno de ellos (de los papeles o las pajaritas). Y decían lo que a continuación sabrá el que leyere (para su bien, y por si acaso; para que no le pase como a Santiago Nasar - o parecido - )